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Preparadas 4 hembras de urogallo cantábrico para su suelta en el medio natural
En el centro de cría y reserva genética de Sobrescobio (Principado de Asturias) se están criando 4 hembras de urogallo cantábrico para su liberación en el medio natural. Esta liberación está prevista en el Parque Regional de Picos de Europa dentro de unos días, cuando su adaptación y las condiciones meteorológicas lo aconsejen. Estas hembras nacieron en el centro entre finales de junio y principios de julio de 2014 y durante las 12 primeras semanas de vida los pollos están recibiendo todo tipo de cuidados y adquiriendo las destrezas necesarias e imprescindibles para su supervivencia en el área de suelta.
Según otras experiencias europeas, el problema principal al que se enfrenta un programa de reforzamiento poblacional es el mismo al que se enfrentan los individuos salvajes, la elevada tasa de mortalidad de los jóvenes urogallos, como consecuencia de la dificultad de su aclimatación a la vida en el campo. Por este motivo, se considera imprescindible un adecuado y correcto proceso de cría en cautividad, para tratar de garantizar una buena adaptación de las aves a la zona de liberación.
Para facilitar la aclimatación de las 4 hembras de los urogallos, se les está proporcionando una dieta lo más parecida posible a la que disfrutarán en la naturaleza. El principal objetivo de la alimentación controlada es mejorar el comportamiento y las características físicas y microbiológicas del tubo digestivo de las aves, para facilitar la digestión de los alimentos silvestres y favorecer su supervivencia.
Dieta de la primera edad (0 a 6 semanas):
La alimentación de los pollos ha variado en función de la edad. En las primeras 6 semanas de vida, las proteínas de origen animal constituyeron un pilar básico en su dieta. Durante las primeras 24 horas no se les aportó alimento sólido, pero si se les aseguró una fuente de agua limpia. El alimento, a partir de las 24 horas, consistía en larvas de insectos, hojas y tallos de vegetales tiernos (llantén, diente de león, miel en rama, trébol, brotes tiernos de avellano, sauce y haya, entre otros), yema de huevo duro, manzana picada y pienso de inicio. Las larvas de insectos se administraron muy a menudo (al menos 6 veces/día) y constituyeron la parte más importante de la dieta de los pollos durante esta fase, ya que, en condiciones de libertad, componen el 90% de la misma. Estas larvas se han ido variando acorde con el desarrollo de los pollitos. Así, los primeros días de vida se administraron pupas de hormiga y larvas con cubierta externa poco queratinizada (como larvas de moscas). Paulatinamente se aumentó el número de larvas administradas y se añadieron larvas de escarabajo, larvas del gusano de la miel, escarabajos adultos, hormigas adultas, grillos, saltamontes y en general todo lo que estos animales se pueden encontrar en su realidad silvestre.
También se colocaron en el jaulón ramas de brezo que, desde muy pronto, los pollos comenzaron a picotear, y se les facilitaron herbáceas y hojas tiernas, cortadas en trozos muy pequeños y aumentando el tamaño y la variabilidad acorde al crecimiento de los pollos.
Dieta de la segunda edad (de 6 a 12 semanas)
En este periodo la proporción de insectos en la dieta disminuyó progresivamente y aumentó la de vegetales, a los que los urogallos podían acceder directamente. Se continuó administrando pienso para pollos, yema de huevo duro, manzana y zanahoria. También se les ofreció una mezcla de piedrecillas de pequeño diámetro de distinta naturaleza (conchas marinas, piedra calcárea, carbón, piedra roja, entre otros) para favorecer la digestión mecánica en el estómago muscular.
En los días anteriores a su traslado al parque de presuelta, paulatinamente se redujo la cantidad de pienso suministrado, para que las aves pudiesen adaptarse a las nuevas condiciones de vida que se encontrarán en la zona de liberación. En general, se incorporaron a la dieta complejos vitamínicos, probióticos y prebióticos, especialmente en los momentos de cambio de instalaciones, que podían suponer momentos de estrés para las aves.
Técnicas de cría para la suelta
Simultáneamente a los cuidados diarios proporcionados a las aves, se construyó, en el centro de Sobrescobio, un parque de cría-voladero, para favorecer el desarrollo de la musculatura para el vuelo de los urogallos, y contribuir a mejorar su capacidad de selección de hábitats favorables en libertad. A la vez que se pasaron los cuatro ejemplares al parque-voladero, se les incorporó una hembra adulta, que les hizo de nodriza y les enseñó comportamientos de respuesta rápida y adecuada ante posibles depredadores (azores y otras rapaces que sobrevolaban las instalaciones). También se llevaron a cabo técnicas para potenciar en los individuos estos comportamientos de respuesta frente a los depredadores terrestres (vuelo de huida, ocultamiento), con el uso de un perro por la periferia del parque voladero.
En todo momento se han garantizado unas condiciones sanitarias óptimas, a través de un exhaustivo programa de limpieza y desinfección de las instalaciones, manuales de manejo, así como los chequeos sanitarios oportunos. En todo el proceso de cría en cautividad se ha reducido al máximo el contacto directo con el equipo de veterinarios y las molestias que se podían ocasionar a las aves, siendo crucial el bienestar de los individuos en todas las etapas de su desarrollo.
Gracias al correcto desarrollo de la cría en cautividad, las cuatro hembras de urogallo cantábrico están actualmente preparadas para su traslado y suelta al medio natural, posibilitando la primera experiencia de reforzamiento poblacional de urogallo en la cordillera Cantábrica.
Los que componemos el proyecto estamos muy ilusionados con este hito en la conservación del urogallo cantábrico y trabajando intensamente y os mantendremos informados de todo el proceso a través de esta página web.