El efecto de las poblaciones de depredadores y competidores sobre la población de urogallo cantábrico está recogido en la Estrategia para la conservación del urogallo cantábrico en España, aprobada por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza en 2004, y las propuestas de actuación tienen como objetivo reducir el actual grado de amenaza de la población y asegurar su conservación a largo plazo. Por una parte, losdepredadores generalistas son los que ejercen una presión directa sobre la especie, por otra, una excesiva carga de ungulados, tanto domésticos como silvestres, puede modificar la estructura de las arandaneras y limitar la disponibilidad de refugio y alimento para los urogallos cantábricos. No obstante, estos efectos negativos de la presión de ungulados sólo se apreciarían en caso de sobrepastoreo, ya que con cargas de ungulados moderadas, el efecto es positivo, al contribuir al mantenimiento de claros, pequeños pastizales y densidades de matorral adecuadas para el urogallo.

 

 En el marco del LIFE+ Urogallo Cantábrico se han elaborado documentos técnicos sobre los efectos de la competencia y la depredación sobre el urogallo cantábrico, que cuentan con la revisión de los Comités de Gestión y Científico del proyecto, donde participan todos los socios beneficiarios y expertos de instituciones científicas y académicas nacionales e internacionales.

 

En línea con las directrices de la Estrategia, que recomienda “adoptar las medidas precisas para reducir la presión de los depredadores sobre la especie con el fin de mejorar el éxito reproductor”, los controles puntuales de depredadores generalistas se plantean como una importante medida de apoyo al programa de reforzamiento de la subespecie en la cordillera. Estas acciones de control estarían encaminadas a reducir la mortalidad en zonas puntuales, durante un breve período de tiempo, y únicamente como apoyo a las a las acciones de suelta de ejemplares, momento en que las aves se encuentran en el periodo de adaptación a su nuevo medio y son más vulnerables.

 

La especial situación del urogallo cantábrico, en peligro de extinción y sufriendo un declive continuado, aconseja la puesta en marcha de acciones urgentes y excepcionales para frenar su declive y favorecer su recuperación. Por eso, es necesario actuar de manera conjunta sobre todos los factores de amenaza, para mejorar la calidad de hábitat de la subespecie, reducir el impacto de la depredación, la competencia con herbívoros y las molestias causadas por determinadas actividades humanas.